Utilizar la música para adelgazar: el estudio que relaciona las canciones que escuchamos con lo que comemos

Un estudio ha descubierto la relación entre la música que escuchamos y nuestras elecciones a la hora de comer
Utilizar la música para adelgazar: el estudio que relaciona las canciones que escuchamos con lo que comemos
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Escuchar música es uno de los pasatiempos más comunes entre las personas. Utilizamos nuestras canciones favoritas para animarnos en nuestros malos momentos, entretenernos al hacer tareas aburridas, o simplemente para pasar un buen rato con nuestros amigos y familia. El papel de la música en la conducta humana ha sido palpable siempre, pero los estudios científicos son escasos en este ámbito. Ahora, un proyecto de la revista The Journal of the Academy Marketing Science ha encontrado una relación entre las canciones que escuchamos y nuestra alimentación.

En un principio, nos puede parecer muy extraño que dos sentidos tan separados tengan una relación. ¿Qué tiene que ver el oído con el gusto? Pues parece ser que bastante. Este estudio ha sacado en claro que, cuando escuchamos música lenta, tendemos a comer de manera más saludable, y también más despacio. Por el contrario, si nuestra selección musical es de temas con un ritmo más elevado, tendemos a elegir comida menos saludable y más calórica. De esta manera, podríamos regular, en parte, nuestro apetito al enfrentarnos a la elección de qué comer en un día.

Esta serie de estudios también se han centrado en cómo podemos optimizar nuestros entrenamientos utilizando, como con la comida, el ritmo de la música. En este caso, la investigación la llevó a cabo la BBC. En ella, se eligieron a dos grupos de personas para analizar el porcentaje de grasa que habían perdido después de unos días. La mecánica analizada era pasear, controlando la distancia y tiempo.

El primer grupo paseaba en silencio, solo con un podómetro para calcular cuándo llegaban a los 10.000 pasos objetivo. El segundo, tenía como límite de tiempo 30 minutos. Estos no medían los pasos, pero tenían que caminar yendo al ritmo de unas canciones que les habían puesto los investigadores. Los resultados concluyeron que, frente a la pérdida de grasa del 1,8% del primer grupo, el que escuchó música superó esa medida, con un 2,3%. Así, terminaron deduciendo que andar siguiendo el ritmo de lo que escuchamos hace que, sin darnos cuenta, caminemos más rápido.

Otros beneficios de la música

Estas no son las únicas maneras mediante las cuales podemos utilizar nuestras canciones favoritas para modificar nuestra conducta. Otro estudio, en este caso la Universidad de Alcalá (UAH), se centró en relacionar la música que escuchamos con los tiempos de crisis. Para ello, utilizaron herramientas de Inteligencia Artificial (IA) para estudiar estos comportamientos en épocas de recesión, buscando una relación entre las crisis económicas mundiales y la aparición de canciones alegres en el ranking Billboard Top 100.

Establecer si una canción es alegre o triste depende de unos factores muy subjetivos. Por ello, la investigación liderada por el catedrático Marco Palomeque recurrió a varias herramientas para definir numéricamente la positividad de sonidos y letras. Una de ellas es VADER, un modelo analítico utilizado para contabilizar en positividad las palabras de las letras musicales. Así se consigue numerar algo tan ambiguo como la alegría.

Gracias a varias técnicas y a recopilar todas las canciones que han aparecido en Billboard Top 100 desde su creación, la publicación ha concluido que, en tiempos de aumento de índices como el desempleo o la inflación, nuestras preferencias musicales cambian. ¿Tú has notado esto?

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