María Castro y el doloroso destete de Oli, su segunda hija: "Puedo confesar que lloré un rato largo y en..."

La actriz, que está esperando su tercer hijo, ha lanzado un conmovedor texto con todos los detalles de ese adiós a la lactancia
María Castro y el relato de cómo ha sido terminar con la lactancia de su segunda hija
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"FIN de una etapa. Esta es mi primera 'teti' con Oli, y esta foto de ayer, fue tomada después de la última, creo… Y después de tres años, puedo confesar que lloré… pero un rato largo y en silencio, mientras le agarraba fuertemente la manita. Quizá a algunos les parezca exagerado, pero hace mucho que decidí no juzgar los sentimientos, y con trabajo y esfuerzo mediante, no juzgar tampoco los míos". Así comienza María Castro, quien hace unos días desvelaba que está esperando su tercer bebé, uno de los textos más desgarradores de cuantos nos ha regalado con la maternidad como trasfondo.

"NUNCA pensé que estaría tres años dando de mamar a nadie… pero es que tampoco nunca pensé que ninguna de mis hijas querría seguir ahí, de algún modo 'enganchada' a mi, 3 años después. Con Maia fue un destete sencillo, a los 8 meses, y casi sin estar yo preparada, un día cerró la boca… y ya nunca más. Con Oli… con Oli fue bien distinto. Soportamos crisis de lactancia… la salida de los dientes… algún que otro mordisco… una gira enooorme de por medio, sacándome leche por España entera…", prosigue con cómo ha sido esta experiencia mucho más intensa que la primera vez.

"En este punto, tengo que darle las GRACIAS mi marido, por entender que la lactancia es cosa de dos, durante una gira eterna y 'soportar esas noches', que aún pareciendo pocas en 2 años (no más de 50), me consta que fueron excesivamente largas… quedándose en casa con una bebé, que lloraba horas por su teta, sentada en la puerta de la calle llamando por 'mamááá', hasta que finalmente caía rendida de puro agotamiento… Todo esto mientras la hermana mayor pero aún pequeña, lloraba al verla de pura angustia … y mamá también lloraba desde pueblos perdidos de España, al ver la estampa desde la cámara con wifi… hasta que un día se me dio por arrancarla de cuajo, por no poder soportar el corazón encogido en la distancia, mientras la leche y las lágrimas se me derramaban al tiempo sin control", continuaba la actriz.




Con todo lujo de detalles

En ese momento, se acordaba de alguien que no lo ha pasado bien del todo durante todo este proceso. "Gracias papá, sé que te acostabas con terror, y seguro q con lágrimas de impotencia más de una vez. Pues bien. creo que hemos llegado hasta aquí y justo de la forma que yo quería: sin negar y con mucho respeto", dice María antes de pasar a ese embarazo en medio del que se encuentra: "Hace tres meses que estoy embarazada, y aún con mis dolores y malestar he elegido seguir, para ver si era ella la q tomaba la decisión… sobre todo porque, mamando solo para dormir, me olía que el final podía estar cerca… y ya habiendo llegado hasta aquí".

"Pues el caso es q no sé si fue por esta conversación que tuvieron el otro día Maia y Olivia… (me encanta escucharlas)…. Maia: 'Oli, tienes que dejar la teta ya, que cuando nazca el bebé no va a tener leche' (aunque sé que no es cierto, quería esperar a ver donde acababa la cosa). Y Oli que es doña soluciones, soltó un: 'Pues cuando 'naza' ya no tomo'. Toma ya. Ella diría: '¿Tú la ves aquí? No, ¿verdad?. Pues cuando esté ya vemos'. El caso es q algo se le debió quedar por ahí, que empezó a mamar aún menos de lo habitual. Y fue la noche de Halloween, la primera que ya no mamó. No sé si de tanta chuche en el truco o trato, o más bien de la fase de embarazo en la que me encuentro", son algunos de esos detalles, pormenorizados, que ofrece en este texto.

Ese en el que también se refiere a algunos momentos complicados a lo largo de este camino: "Porque según mi admirada Alba Padro en la semana 14 más menos, hay una bajada en la producción de leche. 'Lactancia seca' le llaman. Y es que las veces que se ha acercado a mi, ya me ha sabido comunicar eso de 'no sale mami'. Y tras 7 noches sin mamar, la de ayer, se acordó. Traté de disuadirla con cuentos, caricias… porque sentía que si no aprovechaba esta racha donde ella sola y dulcemente la dejaba, no sé ya a donde se iba a alargar el amamantamiento. Pero ella insistía erre que erre… y entonces le dije: “Oli, la teta de mami está cansada, y apenas sale lechita ya… pero te apetece comprobarlo?” ( no quise hablarle del bebé… no me salía eso de hacerle entender que debía dejar sitio a lo que viene…. Que sería válido también, ¿eh?, pero mis hormonas no me dejaron pronunciarlo). Así q probó una, probó la otra y volvió a decir… 'no sale mamá'. Entonces yo la abracé muy fuerte, le di la manita y le pregunté… (necesitaba saberlo): 'Oli, ¿estás triste porque no haya? ¿O no te importa?'. Y por suerte me contestó: 'No me importa mami'".

"Así que seguí llorando, pero apartando el agobio y dejando paso al alivio y la nostalgia, y le juré que siempre nos acordaríamos las dos de la teti que tanto nos dio y que la seguía queriendo infinito. Ay madre. Lo que cuesta a veces cerrar una etapa, aunque siendo necesario. Te AMO, mi pequeña mamoncita", remata este 'post' María Castro.




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