Conchita y la razón por la que borró el último vídeo de su hijo en Instagram: "Me entró un agobio horrible"
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Se ha convertido en más que una moda compartir en las redes sociales fotos y vídeo de los más pequeños de la casa. Los padres quieren presumir de esa descendencia, y lo hacen a costa de exponerles delante de la millonaria audiencia que tiene la red. Conchita ha querido lanzar una advertencia en este sentido. Unas palabras con las que tratar de concienciar a la gente, partiendo de un pensamiento que le hizo quitar un vídeo de Leo, el hijo que tiene al lado de Pablo Cebrián, tras leer los resultados de un estudio más que revelador.
"Últimamente estoy viendo en Instagram un montón de perfiles de padres que cuelgan a sus hijos todos los días: sus rabiestas, cómo comen, cómo dejan de comer, cuando se les cae el primer diente, cómo duermen... Y estoy rayadísima con eso, lo pienso un montón de veces. Y creo que se nos está yendo un poco la olla con esto. Creo que las redes es algo relativamente nuevo y que no lo estamos gestionando a veces bien. Nos pensamos que nuestros hijos nos pertenecen y no es así. Ellos tienen su propia vida, sus propios recuerdos y no tenemos que estar mostrando todos los días lo que hacen. Cuidado con eso", comienza esa reflexión.
Es entonces cuando habla de su propia experiencia y de cómo retiró las imágenes de su pequeño: "Yo el otro día subí un vídeo de Leo, nunca le subo a las redes, y subí un vídeo porque era su cumpleaños y era un vídeo de cuando era más chiquitito y pensé: 'Bueno, ni se parece ya a cuando tenía dos años y medio'. Justo tres días después, leí una noticia que ponía que el 50% de la pornografía infantil que se mueve por ahí, de las fotos y los vídeos, salen de perfiles de los padres que los cuelgan en sus redes. Lo borré. Me entró un agobio horrible y lo borré".
Un daño irreparable
La artista, que lanzaba hace un par de meses su disco 'La bola de nieve', continúa: "Cuidado con eso, porque de verdad creo que estamos manejando mucha información. La gente sabe el colegio al que va tu hijo, cómo se llaman sus amigos, a qué hora se despierta, cómo piensa, si le gustan las verduras o no les gustan. De verdad, es su vida, no la nuestra. Y tenemos que cuidar mucho, mucho, mucho de esto, porque luego los niños crecen. Todo eso que estás haciendo que piensas que es gracioso, que es bonito o que es cariñoso no les va a gustar. Porque a nadie le gusta que estén contando su vida las 24 horas. Cuidado con eso, de verdad. Creo que les vamos a hacer muchísimo daño y no es justo: no son nuestros".
Ellos tienen su propia vida y lo que quieran contar, lo contarán y lo que no quieran, no lo contarán. Pero no vale que tú te cruces con un niño por la calle y ya sepas su nombre y lo que hizo la noche anterior. No es justo. Y ya hay un montón de demandas de niños que han demandado a sus padres con 18 años y han ganado. Esto está pasando y va a pasar. Estoy segura de que, dentro de poco, de unos años o de unos meses, porque esto va muy rápido nos vamos a echar las manos a la cabeza y vamos a decir: 'Dios mío, ¿en qué momento se me ocurrió contar la vida entera de mi hijo en un 'Gran Hermano'?'. Porque es que al final se está convirtiendo en eso", prosigue con su discurso.
La recta final de lo que se le escucha decir en ese vídeo no es sino para subrayar todo lo anterior: "No suelo colgar yo estos vídeos. Ojalá tuviera yo un altavoz más grande, pero cuidado de verdad con eso, que los niños son muy chiquititos y no son conscientes de lo que están haciendo sus padres con ellos y estoy segura de que los padres no lo hacen para hacerles daño, ni mucho menos, pero es un arma bastante jodida. Y creo que tenemos que cuidarlos y que, repito: no nos pertenecen, no son nuestros, tienen su propia vida y si tienen algún talento o alguna cosa que contar cuando sean mayores, lo harán. Pero creo que no somos nosotros los que tenemos que estar contando su vida día a día. Os mando un abrazo muy grande y que tengáis muy buen día",
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