Britney Spears se sincera sobre la época más rebelde de su vida: "Eran mis formas de contraatacar"
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Queda menos de una semana para que 'The woman in me', la obra autobiográfica de Britney Spears, llegue a las librerías. Será el próximo martes, 24 de octubre, cuando podamos conocer todo lo que ha decidido contar en una obra que se ha decidido a lanzar después de liberarse de la tutela de su padre. Unos años que le llevaron a alejarse de los escenarios, de la nueva música y de cualquier actividad creativa. Ahora, regresa con un relato que promete remover los cimientos de muchos de los capítulos más polémicos de su vida. Al menos, eso es lo que se deduce de los párrafos que ya nos ha dejado leer. Porque ha ofrecido a la revista 'People', en exclusiva, una pequeña muestra para ponernos los dientes largos.
A lo largo de esos fragmentos habla de su relación con Justin Timberlake, por ejemplo. Aunque lo más llamativo es cómo se refiere a su padre y a ese gusto que este tenía por la bebida. Lo que provocaba que los momentos más felices fuesen cuando este se encerraba después de haberse dado unos de sus atracones alcohólicos. "La forma en que bebíamos no se parecía en nada a cómo lo hacía mi padre. Cuando bebía, se deprimía más y se encerraba. Nosotras nos volvíamos más felices, más vivas y aventureras", son ese bombazo de Britney con el que hace alusión, también, a esas primeras copas con su madre, pero sin llegar a los extremos de su progenitor.
No tan agradable como pensábamos
Puede que recuerdes aquella actuación sobre el escenario de los MTV VMA en 2001, cuando tuvo el arrojo de colocarse una serpiente a modo de collar. Es cierto que, desde el otro lado, como espectadores, parecía que estaba cómoda. Pero no. Y eso lo sabemos por otra de las confesiones que ha hecho públicas para cebar ese lanzamiento: "Fue aún más aterrador de lo que parecía. Todo lo que sabía era mirar hacia abajo porque sentí que si miraba hacia arriba y encontraba su mirada, me mataría". Por si acaso no te sitúas, también te dejamos esa actuación bajo estas líneas.
Tampoco fue tan sencillo el papel al que dio forma el 'Crossroads': "No fue fácil para mí. Mi problema era con lo que la actuación le hacía a mi mente. Realmente me convertí en el personaje. Algunas personas actúan con el método, pero normalmente son conscientes del hecho de que lo están haciendo. Pero no tuve ninguna separación en absoluto". Esto es un aperitivo sobre esa carrera interpretativa dentro de la que se le escapó formar parte del elenco de 'El diario de Noa', aunque reconoce que se alegró mucho por Rachel McAdams.
Un arranque de llamar la atención
Aunque, sin duda, lo que más merece nuestra atención es esa parte en la que se centra en por qué le dio por hacer cosas tan radicales como raparse la cabeza. Era el año 2008, tenía a los 'paprazzi' todo el día detrás para captar los momentos más morbosos de una etapa que la llevó a sentarse delante de un psicólogo y pedir ayuda para salvaguardar su salud mental. "La gente me decía lo que pensaban de mi cuerpo, desde que era adolescente. Afeitarme la cabeza y comportarme mal eran mis formas de contraatacar. Pero bajo la tutela me hicieron entender que esos días ya habían terminado. Tuve que dejarme crecer el pelo y volver a estar en forma. Tenía que acostarme temprano y tomar la medicación que me dijeran", sentencia, aroojando claridad sobre uno de los vericuetos más oscuros de su biografía.
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