La lección de Beatriz Luengo tras conocer a Yotuel sobre el valor de los detalles: "La felicidad está..."

La artista se ha sincerado en un pódcast donde ha hablado de sus incios en la música entre otras cuestiones
La lección de Beatriz Luengo tras conocer a Yotuel sobre el valor de los detalles: "La felicidad está..."
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Beatriz Luengo y Yotuel no pueden evitar gritar a los cuatro vientos el inmenso amor que sienten el uno por el otro. El orgullo y la admiración mutuos son los pilares que han consolidado a esta pareja como una de las más estables y queridas del panorama artístico español. Su conexión va más allá de la complicidad y el talento que despliegan sobre el escenario; tanto en sus colaboraciones artísticas como en su vida personal, Beatriz y Yotuel demuestran que su amor es una fuente constante de inspiración y crecimiento personal. Especialmente para Beatriz, quien desde la llegada de Yotuel a su vida ha recibido una auténtica lección de vida.

La cantante se sinceró hace unos días en el pódcast de Vicky Martín Berrocal, donde habló sobre sus inicios y reflexionó sobre la gran importancia de las pequeñas cosas del día a día, una valiosa lección que le ha enseñado su marido. Unas enseñanzas que han influido profundamente en su perspectiva sobre la vida y que ahora inculcan a sus hijos, D'Angelo y la más pequeña de la casa, Zoe.

YOTUEL, UNA GRAN INSPIRACIÓN PARA BEATRIZ LUENGO

Como ha contado la compositora, el artista cubano no tuvo una infancia convencional; en su país de origen, enfrentó momentos difíciles que le enseñaron a valorar la vida desde una perspectiva muy humilde. Experiencias que le han llevado a apreciar profundamente las cosas que a menudo damos por sentadas, algo que ha forjado en él una actitud de gratitud y resiliencia que se refleja tanto en su vida personal como en su carrera profesional y que, de igual manera ha transmitido a su mujer desde que se conocieran hace ya casi dos décadas.


"Mi chico viene de Cuba, tuvo sus primeros zapatos con 11 años, que su padre se los hizo con la tela de una maleta. Se bañaba con un cubito, se le iba la luz seis horas al día, no tenía transporte, todo era autoestop… Para llegar al colegio y volver, imagínate las horas que perdía" , ha explicado la artista, profundizando en que "había días que llegaba a su casa con su madre a las ocho de la noche porque no pasaba ningún coche".

Fue cuando se conocieron, cuando la artista comenzó a apreciar los pequeños detalles: "Mi chico llega a mi vida y empiezo a darme cuenta de que la felicidad está en tantas cosas que damos por hechas..."



Y es que, el cubano apreciaba con especial inquietud algunas cosas del día a día de Beatriz a las que ella no daba tanta importancia: "Me veía lo apegada que estuve con mis padres y me decía 'es tan guay que tengas a tus padres' o 'es tan genial que abras el grifo y salga agua caliente y que tengas una nevera para guardar comida, que puedas comer más de una vez al día y que tengas un coche para moverte, o el metro'"

La artista ha aprovechado esta conversación para hacer un alegato de apreciación por lo que realmente tiene que ser la felicidad: "Al final, nos enfocamos en cosas muy complejas y a veces la felicidad al momento no se encuentra en el éxito o en la validación. Es simplemente como abrir un poco más los ojos y decir 'ostras, es que soy un afortunado'".

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