Gisela se enfrenta a las secuelas físicas del posparto y pide ayuda: "Creo que no los hay"

Parece que no hay día de este verano sin que Gisela nos dé las claves de alguna de esas experiencias y vivencias que le está dando su nueva condición de madre. La cantante, encantada con el pequeño Indiana, está mostrando esa otra cara menos amable de la maternidad. Por ejemplo, la de las preocupaciones que lleva emparejadas que se ponga malo un ser tan vulnerable y pequeño o las complicaciones a la hora de conciliar no solo la actividad laboral, sino también muchos otros aspectos del día a día, como dormir o quedar a tomar un café con amigas.

Ahora, sobre lo que viene a reflexionar es sobre su cuerpo postparto y la cantidad de trabajo que tiene por delante para devolverlo al estado preembarazo. "La verdad que para estar en el postparto, no dormir dos horas seguidas desde hace casi un año, un bebé que no acaba de encontrarse bien y tirar proyectos adelante no estoy tan mal…", comienza antes de lamentarse: "Pero mi cuerpo ha sufrido una transformación enorme… y no me veo, no me gusto…".

Tras esto, se lanza unos ánimos: "Pero no quiero agobiarme ni creo que sea bueno… así que me toca aceptar y trabajar para mejorar… pero de dónde saco la voluntad, el ánimo, el tiempo… me encantaría ser de esas chicas que paren y a los 15 días están igual que antes de parir pero no lo soy. Así que me va a tocar currarmelo de lo lindo para sentirme bien con mi físico. El que no se ve en la foto claro está. No sé cómo porque el cansancio es tremendo…".

Gisela, pide ayuda a quienes estén leyendo desde el otro lado de la pantalla: "¿Alguien más como yo por aquí? Decidme algún secreto". Ella misma se responde: "Aunque creo que no los hay. No queda más que agarrarse los machos y seguir luchando por sentirme bien y maternar al 100x100 ¡Espero poder!". Un remate cargado de matices, aunque intenta dotarle de una pátina de optimismo.

La tarea de conciliar, de viaje

Hace una semana, uno de los nombres salidos de la primera edición de 'Operación Triunfo' lo que nos dejaba era una imagen dentro de un coche con un texto sobre conciliación -uno más, que no es el primero ni fue el último alrededor de este asunto en sus redes sociales-. "El bebé viajero y mamá conciliando. Normalizando la maternidad combinada con el trabajo. Esta sociedad no está ni preparada ni concienciada ni empatizada ni pensada para esto, para las mamis y sus bebés, que sería lo más ilógico del mundo, pero no… Así que vamos a darle la vuelta. Cada acción cuenta, nosotras podemos", eran esas aplaudidas líneas al lado de esa instantánea que puedes ver justo bajo estas líneas.

Preocupada por la salud del pequeño

Desde hace tiempo, Gisela ha mostrado preocupación por esos problemas intestinales que parece tener desde el principio el niño nacido el pasado mes de marzo. Esta semana regresaban esas vicisitudes. Era a través de un vídeo en sus 'stories' de Instagram donde explicaba qué era lo que estaba pasando. "¿Qué tal estáis? Nosotros hemos tenido una noche intensa, digámoslo así. Una noche, una mañana, la tarde de ayer... Ahora lo veis así al angelito, ¿verdad?", comenzaba, a modo introductorio, antes de entrar en faena de los detalles por los que, ni ella ni su marido, son capaces de dormir tranquilos.

"Pero no, el pobrecito mío la verdad es que no acaba de encontrarse bien, muchísimos mocos que le impiden comer y no es de constipado, no sabemos muy bien de dónde le vienen, si es del reflujo, porque tiene mucho reflujo, si es de los gases... Está incómodo y no acaba de sentirse confortable y relajado. Ahí estamos, aguantando", se le escucha pronunciar con cierto tono de resignación.

Además, añadía una respuesta para aquellos que, a través de estas mismas redes sociales, le instan a que disfrute de esta etapa, porque pasa más rápido de lo que nadie que no lo haya experimentado pueda ser consciente: "Muchísimas personas me dicen que disfrute de esta etapa, que es la más bonita... Si esta es la más bonita, no me quiero imaginar cómo debe ser la chunga. Es precioso tenerle, es lo más bonito del mundo. Muy bonita no me parece". Unas frases muy duras y que nos sirven para hacernos una idea de todo lo que está pasando alguien a quien le ha costado sudor y lágrimas experimentar la maternidad.