Ed Sheeran y todas las maneras posibles de tocar solo con una guitarra: su consagración en Rock in Rio Lisboa

El británico ofrecía un 'show' cargado de toda la esencia de todos esos años en los que lleva trabajando en la música para dar forma a su seña de identidad
Ed Sheeran ofrece lo mejor de su repertorio sobre el escenario de Rock in Rio Lisboa
Rock in Rio

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22.30. Puntualidad británica. Ed Sheeran aparece sobre el escenario principal de Rock in Rio. Lisboa llevará esperándole desde que se confirmara como cabeza de cartel para el cierre del primer fin de semana de esta edición número 20 del festival, la décima en suelo lisboeta. Para arrancar, sin separarse de esa guitarra de la que es un tremendo virtuoso, 'Castle on the hill'. Es como comienza una de las estrellas más brillantes del pop, que se toma la licencia de darle al 'country' como carta de presentación. Con sus fuegos artificiales. Qué menos. "Everybody sing now", era la primera de las veces que invitaba a los 80.000 asistentes a cantar con él.

Ed Sheeran y los fuegos artificiales con los que inició su show en Rock in Rio Lisboa


Ni siquiera un pequeño fallo de sonido le despistaba para continuar en su caminar sonoro. 'Shivers' le daba para uno de esos discursos con los que rellena la austeridad de un 'show' apoteosis. Una sucesión de 16 temas -bueno, 14, pero con un par de 'medley' entre medias para abarcar más repertorio y cambiar el ritmo- para los que iba pidiendo la colaboración de esa gente que había pagado el 'ticket' sabedores de que merecería la pena. Por ejemplo, las luces de los móviles al cielo de la ciudad portuguesa. En la misma escena visual en la que, al fondo, el Puente Vasco de Gama se mimetizaba con el espectáculo del 'headline' de este primer fin de semana.

¿Qué más se podía pedir en el primer arreón? Una demostración de cómo hacer sonar una guitarra como si fuera un cajón flamenco. 'Give me love', esa era la canción que le servía para ello. Y para dividir en dos partes al público para hacerle los coros. Momento perfecto para ese 'medley' donde 'Supersticion' aparecía como piedra angular escoltada por 'Take it back' y 'Ain't no sunshine'. Se notaba el esfuerzo en el sudor de su cara. Porque lo cierto es que Ed no paraba ni un momento de ir de un lado al otro del escenario. Los mismos que se reflejaban en las pantallas a sus espaldas. Eso es todo con lo que cuenta de apoyo una de las voces más importante de la mejor variedad musical que escuchas en CADENA 100.




Un público entregado al 'show' y la interacción

'Eyes Closed' hacía dar un punto más de intensidad a los fans, que no se reprimían a la hora de cantarse a capela generando una atmósfera mágica, el estribillo: "Just dancing with my eyes closed / Cause everywhere I look, I still see you / And time is movin' so slow / And I don't know what else that I can do / So I'll keep dancin' with my".

'Don't', 'Loyal' y 'No Diggity' servían de nuevo puente. De pincelada para cumplir con el horario festivalero, pero sin dejar nada en el tintero de lo que quería poner sobre un escenario que siempre es especial para los artistas. A la vez, jugaba con los visuales, montando su imagen en una especie de caleidoscopio que a más de uno nos llevaba a nuestra más tierna infancia. Un contraste, este de la diversión y de lo 'näif' juguetón con lo romántico de in clásico en su repertorio: 'Thinking out loud'. Subía la intensidad, restándole edulcorante, gracias a 'Photograph'.

Pero aún le quedaba por invitar a esa participación a través de los oídos y de los ojos. Ninguna mejor que 'Sing' para montarse un karaoke gigante. Para convertir la música en una fiesta en la que compartir. Tanto, que se sacaba un 'must' en su 'setlist' de esas 'covers' que tanto le gusta ejecutar con maestría: el 'Love yourself', de Justin Bieber.




Encaraba el bueno de Ed la recta final de esta especie de maratón con temas para todos los gustos. Y para todos los públicos, porque este 'show' se convertía en una especie de reunión familiar. Padres con hijos. Matrimonios. Una amalgama generacional, que es la que le ha aupado al lugar privilegiado que ocupa en la industria. 'Bloodstream' y 'You Need Me, I Don't Need You' le ayudaban a aligerar la intensidad antes de esas dos piezas que faltaban en el puzle del imaginario de los presentes.

Efectivamente, no podía despedirse de otra manera que con dos de esos 'hits' que son ya himnos dentro de su género. 'Shape of You' y 'Bad habits' eran las despedida. O ese hasta luego, porque a lo largo de esa hora y media del virtuosismo que solo se gastan los genios, el británico dejaba claro que estaba lo suficientemente a gusto como para presentar su candidatura a futuras ediciones.

Larga vida a Ed Sheeran.

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