Lorena Gómez da "todo y mucho más" para volver a la vida a Palencia: show total sin dejar nada en el backstage

Ofreció una nueva demostración de poderío vocal en la ciudad castellana con su gira 'Me vuelvo a la vida'

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Actualizado 16:24

"Pasión. Alegría. Libertad. Euforia. Nobleza. Cariño. Ilusión. Amor". Esas son las palabras que le han servido a Lorena Gómez como acróstico con la que agradecer a Palencia -sí, esa es la ciudad que nos sale si lo que hacemos es juntar las iniciales de esa retahíla de sentimientos que se pueden leer en su último 'post'- la entrega en la que, hasta la fecha, es la última de las paradas que ha hecho con su gira 'Me vuelvo a la vida'. Sí, "hasta la fecha", porque el próximo 9 de septiembre, lunes, será Jaén donde se ponga delante del público. Pero de eso ya hablaremos en los próximos días.

Por comparación, será entonces cuando compruebe cómo los castellanos son un respetable al que le cuesta más entrar en calor. Aunque terminen por hacerlo. No es una crítica desde la distancia geográfica, sino desde la certeza que tiene sobre la sentencia alguien que se crió a hora y veinte minutos de esa Plaza Mayor de la ciudad a la que se entregó la artista. Con todos esos temas que quienes han seguido a Lorena se conocen ya de memoria. Y con ese equilibrio medido para dar, en cada tramo del 'show', lo que pide el 'tempo'.

Un 'setlist' con versos libres

Como ya es habitual en todos los conciertos, su 'Me vuelvo a la vida' servía de punto de partida. De piedra de toque para testar el ambiente y para hacer una salida apoteósica. La que merece alguien que lleva casi 20 años luchando en una industria dentro de la que ha querido ser fiel, siempre y sin renuncias, a la esencia de su música. De hecho, ese clásico 'Mi amante amigo', de Rocío Jurado, que entona en los últimos bolos sentada en el borde de las tablas, con las piernas cruzadas, se ha convertido en toda una reivindicación a unas raíces de las que nunca se olvida. A esos primeros compases, de niña, cuando ya apuntaba maneras para lo que hoy es una realidad: que tiene una silla para sentarse a la mesa de la industria musical.




Pequeñas pincelas -como también el 'Mujer contra mujer', de Mecano, pero al que dar un giro de carácter personalísimo- con las que salirse de un repertorio que, en los últimos dos años, ha dado un estirón para dotar de entidad propia a lo que es y lo que transmite. Y lo que transmite es desde la nostalgia de 'Todo bien', pasando por la caricia de 'Combatir el dolor', la reivindicación de un mundo libre de 'haters' en las redes sociales de 'Ojo de halcón', el amor de '20 de septiembre' o el empoderamiento de 'Cara bonita'.

Lorena estaba tan a gusto que, incluso, se dio un paseo entre ese patio de butacas habilitado para la ocasión. Micrófono en mano, transitó por entre los presentes para acercarles ese 'Ganas tú' lleno de desgarro que, sin embargo, en una de las voces con mayor registro de cuantas hay en el universo femenino nacional, suena casi a caricia. Porque sí, esa naturalidad y cercanía se hizo patente en distintos momentos de la noche en los que dejó que los más pequeños de entre el público, le echasen una mano.

No se olvidó tampoco de esa subida casi imposible con la que parece que va a romper la garganta en mil pedazos y que, para el común de los mortales, terminaría en una laringitis, como poco. Para ella, no. Porque el chorro de voz que tiene es igual de inconmensurable que la capacidad para controlarlo en todo momento. Desde el primero de esos minutos hasta el último de las casi dos horas en las que se entrega en cuerpo y alma a quienes se debe: los que están al otro lado de su música en los directos y cuando, desde sus casas, le dan al 'play' en las plataformas digitales a sus creaciones.




El poder del equipo

Por supuesto, no se olvidó de incluir en su 'setlist' las dos novedades que ha incorporado en este 2024 que apunta a que vendrá con sorpresas: 'Que te vaya bonito' -con ese pop dance que comparte con 'El peón y la reina'- y la salsa que ha marcado su verano y el de quienes seguimos su carrera, 'Iguales y diferentes'. Todo ello, siempre acompañada por un equipo leal que hace que no quede ningún cabo suelto: esa banda de mujeres -capitaneadas por Angie Lofer, secundada por May Johoy, Carmen Niño y Susan Santos-, las manos de Alejandro Cabanillas a los mandos de la peluquería y las de Antonia Espín a los del maquillaje o la supervisión de Jon Ayarza.

Porque si algo tiene claro, más allá de que los sueños de una niña se pueden cumplir, paso a paso, es que el verdadero triunfo solo puede venir emparejado al de una 'crew' con la misma capacidad de esfuerzo y trabajo como la suya.